La bronquiolitis es altamente contagiosa, por eso tenemos que intentar poner todos los métodos a nuestro alcance para intentar prevenir su contagio.
El contagio es similar al de un resfriado, a través del contacto directo con saliva o mocos de una persona contagiada o indirectamente a través de las manos u objetos que la persona haya podido tocar, como son los pañuelos o juguetes. Los gérmenes pueden diseminarse en pequeñas gotas de fluido de la nariz a la boca de una persona que esté infectada, por medio de un estornudo, una tos o simplemente cuando reímos.
Intentaremos prevenir su contagio realizando las siguientes medidas, especialmente entre los meses de noviembre y marzo.
- La medida más eficaz para evitar el contagio, es el lavado de manos con agua y con jabón de toda persona que vaya a tocar al niño, así como los juguetes, chupetes… de éste.
- Si tiene hermanos, deberá lavar las manos con agua y jabón, nada más llegar del colegio o guardería. Procure que no besuqueen al bebé en la cara, sino que los besos sean en los pies. Usen pañuelos desechables.
- Evitar el contacto del bebé con cualquier persona resfriada. Si no lo puede impedir porque el que está acatarrado es el papa o la mama, use una mascarilla y lávese muy bien las manos antes de cogerlo.
- No fumar en casa ni cerca del niño. Las sustancias tóxicas del tabaco quedan impregnadas en la ropa, el pelo, las manos…
- Evite permanecer mucho tiempo con el niño en la sala de espera de las consultas médicas, aquí está rodeado de otros niños enfermos. Intentar coger las primeras horas de consulta, o si fueran acompañados, esperar con el niño fuera de la sala de espera y pasar directamente a consulta al ser llamado.
- Evitar aglomeraciones , centros comerciales , fiestas infantiles…
Concienciar a la población de los efectos y secuelas que puede dejar la bronquiolitis en nuestros hijos, es un pilar básico en la lucha contra el contagio.